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Edades Primitivas

(Edades de la Prehistoria)

Clasificación en función de la vida humana:
Nada sabemos acerca del hombre primitivo en un estricto sentido histórico: no tenemos narraciones de sus cacerías, ni sabemos como se llamaban entre si, cuales eran sus idiomas o en que creían. Es mas, hasta el siglo XIX, para la historia, los mas antiguos relatos eran los proporcionados por la Biblia o los entrevistos por los primeros egiptólogos, cuando se hizo posible leer los jeroglíficos gracias a la Piedra de  Roseta, descifrada por el arqueólogo  francés Jean-François Champollion. Esto quiere decir que la ciencia prehistórica es muy joven. Añadamos que, además de joven, tiene un carácter muy propio. Se basa especialmente en la labor de excavación de los arqueólogos, a los que ayudaron los paleontólogos, los geólogos y, últimamente con gran eficacia los etnólogos.
Lo afirmado anteriormente significa que las clasificaciones establecidas tienen naturaleza eminentemente arqueológica que se trasluce incluso en la nomenclatura (Edad de la Piedra, Edad de los Metales). La Arqueología y la Geología han podido llegar a establecer la cronología y se puede traducir en años esta historia primitiva, aunque queden todavía muchos problemas por resolver.

Se han hecho varias clasificaciones de este periodo prehistórico y para nuestro estudio podemos establecer en función de la vida humana, una formada por el Paleolítico, edad de pueblos cazadores, nómadas, sin conocimientos industriales superiores, el Neolítico, edad de pueblos sedentarios, agricultores, iniciadores de las organizaciones políticas y sociales, con conocimientos industriales superiores, y la Edad de los Metales, continuación de la anterior, pero con medios de dominación mas perfeccionados (armas metálicas), lo que significa la formación de entidades políticas superiores.

El hombre en el Paleolítico:
El hombre dispersado por la tierra en pequeños grupos, luchando en un medio hostil, desnudo ante la naturaleza y frente a los grandes animales, acuciado por la necesidad propia de comer y de proporcionar alimentos a los suyos, fue venciendo todas las dificultades, cubriendo su desnudez, inventando trampas para las fieras y protegiéndose de ellas y de las inclemencias climáticas. No siempre fue el mismo protagonista y a cada uno de los periodos que los arqueólogos han establecido corresponde un tipo determinado de hombre.
El Paleolítico Inferior constituyó una edad rudísima que se pierde en la oscuridad mas remota de los milenios y asciende posiblemente a mas de 30,000 años antes de nuestra era. Los hombres de Heidelberg y de Neandertal labraron piedras muy rudimentarias, a veces enmangadas en madera y atadas con tallos de bejucos. Se vistieron con pieles casi sin curtir y cazaron animales, compitiendo con ellos en las carreras. Errantes organizados en hordas, cuyos jefes fueron los mas robustos, desconocieron el arte, no enterraron a los muertos y no tuvieron seguramente mas noción de la vida sobrenatural que la de no poderse explicar quien producía el rayo o de figurarse que en los carnívoros anidaba algún espíritu maligno.

El  Paleolítico Superior, también llamado Edad del Reno, se subdivide en tres edades a las que corresponden tres razas distintas: la auriñaciense, de raza negroide parecida a la hotentote, la solutrense de raza delicocéfala (Cro-magnon) y de piel blanca, y, después de la cuarte glaciación, la magdaleniense,  de raza esquimal o mongoloíde, hábil trabajadora del hueso y del asta. En África del Norte, existió una modalidad llamada capsiense, supervivencia del auriñaciense. Los investigadores que han estudiado esta época la sitúan entre 9000 y 3000 años a. de J. C. y niegan que tuviese la menor vinculación con la prehistoria de la Península Ibérica, como otros habían pretendido anteriormente.

Sociedad y Cultura:
Con las naturales diferencias de constante progreso según avanzaba el tiempo, este periodo, en que el hielo estaba aún en movimiento, se caracterizó por una serie de adelantos notables en lo que se refiere a la sociedad y la cultura. Se perfeccionaron las técnicas de la talla de piedra, dando idea del ingenio y la paciencia del hombre primitivo, la construcción de raederas para quitar el pelo a las pieles de los animales cazados, arpones para pescar, anzuelos, puntas de flechas y arcos, agujas y punzones. Espiritualmente es casi indudable que los individuos de este tiempo hallaron explicaciones a los fenómenos que no entendían y algunos se dedicaron a las prácticas mágicas y religiosas.

Paralelamente surgió la idea de jerarquía y orden, como lo demuestran las insignias de poder o “bastones de mando”encontrados en Le Mas d’Azil (Arriege, Francia). Y, por último,  el hombre puso de manifiesto su dimensión intelectual por medio de creaciones artísticas.
El auriñaciense y el magdaleniense fueron periodos en que, por una razón u otra (mágica o decorativa), el hombre esquematizó las figuras de los seres que le rodeaban. El arte prehistórico fue sobre todo rupestre (de las rupas, rocas) en los interiores de las cuevas y produjo también figurillas, grabados en astas de reno o de ciervo, etc. En arte rupestre los mejores ejemplos se han hallado en España (Altamira, Alpera y Cogull) y Francia (Lascaux), mientras que las figurillas y grabados abundaron también en Francia (Venus de Brassempouy, encontradas en las Landas, cabeza de caballo de Le Mas d’Azil, etc.)

El hombre en esa época se extendió por toda la tierra y aparecen restos de su actividad en Asia, África, Europa y América. Las facilidades para esta expansión fueron debidas a la desaparición de la cadena glaciar que separaba Asia de Europa por los Urales o al puente helado que permitió el paso por el Estrecho de Bering hacia América. Esta antigua teoría vuelve hoy a estar de actualidad y parece casi seguro que el hombre entró en América en la época Paleolítica, ya que los indios americanos ignoraban la rueda, progreso técnico que es propio de la etapa siguiente.

El hambre en el Neolítico:
Si hubo una verdadera transformación en la historia de la humanidad, ésta correspondió al periodo Neolítico. No porque en éste apareciera la piedra pulimentada ya que el pulimento de la piedra en sí no es determinante de los cambios, sino porque el hombre logró paulatinamente desligarse de los condicionamientos del medio ambiente, ingenió nuevas industrias e incluso varió su concepción del mundo. Lo principal fue que descubrió el secreto de la vegetación y comenzó la “domesticación”de las plantas alimenticias y textiles.

El hombre paleolítico tenía que matar con dardos a los animales para proporcionarse el sustento. Los animales aún los mas inofensivos, como los gamos, eran peligrosos y difíciles de apresar. Esta zozobra de la continua busca de alimentos por medio de la caza se acabó con la domesticidad de los animales, conquista que se produjo en el Neolítico. Los hallazgos de restos humanos y animales juntos así parece demostrarlo. El pero dejó sus libertades de lobo para convertirse en el primer animal doméstico y auxiliar inapreciable de la ganadería. Los bóvidos y óvidos fueron reducidos a rebaño y el hombre se hizo entonces trashumante por la necesidad de regular el aprovechamiento de los pastos.

Trashumantes y sedentarios:
A la ganadería siguió la agricultura, pero sin que el labrador hallara el porqué de la fructificación ni comprendiera las secretas reglas que rigen la vida vegetal. Miles y Miles de años de la vida humana condujeron al hombre a intentar ayudar a la naturaleza ya fuera quitando las cizañas o recogiendo las semillas y plantándolas después. Lo cierto es que de un modo empírico se descubrió la agricultura y que muy pronto el mijo, el trigo y el arroz se cultivaron por doquier, en pequeños huertos, como tarea femenina mas que masculina. Así vemos que habían surgido dos modos de vida completamente opuestos: el sedentario, fijo en un sitio, y el trashumante. El hombre trashumante buscaba los pastos donde los hubiera, montaba a caballo y se desplazaba a velocidades infinitamente mas grandes que sus antecesores paleolíticos.

Los pueblos ganaderos nómadas eras sobrios, simples, y si no hubieran ansiado, a lo largo del tiempo, las tierras que los sedentarios habían hecho ricas invadiéndolas y asentándose luego en ellas, su contribución a la marcha de la cultura y de la historia hubiera sido mínima.

Familia y poblado:
En esta sociedad neolítica surgió la primera célula social: la familia. La unión de dos personas para llevar a cabo la multiplicación de los seres se regularizó también y así nació el matrimonio. Sin embargo, la familia no estaba diferenciada como ahora y adoptaba formas muy amplias de parentesco. Hubo la forma patriarcal, propia de los ganaderos, y la matriarcal, característica de los agricultores, quizá por ser la agricultura en sus comienzos una ocupación femenina.

De estas primeras asociaciones, surgieron los conceptos de organización social y poder, impelidos también por el imperativo externo de la reunión de grupos humanos. Este fue otro de los distintivos de la nueva edad: la aparición del poblado, que engendró la vida en sociedad y con ello la diferencia de los oficios y las funciones (el mando, el sacerdocio, la agricultura, las construcciones, las primeras artesanías).

Adelantos conseguidos:
Aparecieron en el Neolítico una serie de adelantos que fueron obra lentísima de infinidad de minúsculas aportaciones y descubrimientos individuales, sobre todo en cerámica, tejido y arquitectura. El hombre que comenzaba a cultivar plantas oleaginosas, deseaba guardar el agua para su consumo y llegó a fabricar vasijas, a las que aplicaría posteriormente la inspiración artística. Las pieles iban siendo abandonadas y el telar empezó a fabricar tejidos para las primeras vestimentas. De igual modo, cañas, ramajes, barro, etc., se unieron para la construcción de viviendas, pasándose luego a la fabricación de elementos de barro seco (adobes) y después a la talla y uso de las piedras.

Señalemos, sin embargo, que la arquitectura no nació para proteger o albergar al hombre, sino para preservarle de los ataques exteriores de las alimañas y como signo de respeto y recuerdo a los restos de los muertos. Así surgió el dolmen constituido por dos piedras verticales y una horizontal, como una mesa que después se prolongaría  en galería para adquirir la función de cámara funeraria. Esto fue la prueba de una clara evolución de carácter espiritual: el respeto y devoción a los muertos, convertido en muchos casos en culto a los antepasados y jefes fallecidos.

Difusión o coincidencia:
El Neolítico no escapa tampoco a la ley general prehistórica de que no se trata de una etapa cronológica absoluta, sino de un modo primitivo de ser y de cultura. Así, mientras unos pueblos permanecían aún en el periodo Neolítico, otros habían progresado hacia formas mas evolucionadas de cultura. El Neolítico se halla en América, Asia, África y Europa y ante él se plantea la ciencia una interrogante que debemos señalar ¿Cómo se difundieron las formas culturales, el uso de la cerámica y el telar, la manera de construir dólmenes?. Muchas respuestas se han dado a estas preguntas basadas en si ha habido difusión o coincidencia. Es decir, aceptar que de un lugar determinado partieron las formas culturales y de allí pasaron a los pueblos vecinos y de este modo, progresivamente a todo el mundo o suponer que los inventos fueron simultáneos.

Algunos investigadores, como el alemán Hugo Obermaier, han trazado una trayectoria difusora del dolmen desde la India hasta Inglaterra, pero en el caso de la cerámica trabajada por primera vez en el Neolítico, la explicación aún no ha sido hallada ya que los pueblos americanos fabricaron vasijas y no tuvieron contacto alguno con los pueblos del Viejo Mundo, como lo demuestra, según hemos señalado ya, el hecho de que no conocieron la rueda, otra de las grandes adquisiciones de esa época.

El hombre en la edad de los Metales:
El hombre halló casualmente entre las brasas de la hoguera , encendida para cocinar sus alimentos, que parte de las piedras que usaba como soporte de las vasijas se había deshecho y quedaba entre ellas una materia dura, uniforme, fundida, muy diferente de lo que  estaba acostumbrado a ver. De este modo se descubrió la fusión de los metales y empezó una nueva época o edad.

Tres etapas marcan los arqueólogos en la historia del trabajo del metal: Edad del Cobre ó Eneolítico , Edad del Bronce y Edad del Hierro. En realidad, son una sola edad, en la que el hombre fue progresando en los conocimientos metalúrgicos. Primero fundió el cobre y comenzó a fabricar con él instrumentos similares a los de piedra; luego, casualmente, lo aleó con estaño y obtuvo así el bronce, de mayor dureza. Éste lo empleó a continuación para hacer objetos de adorno o de menor importancia y usó otro metal mucho menos bello pero mas eficiente, el hierro. Este periodo corresponde en muchos países a tiempos que se pueden considerar absolutamente históricos.

La vida se transformó completamente. El hombre ya no solo buscó pastos o lugares feraces, sino minas y canteras, ya que el metal permitió labrar la piedra y darle forma regular para las construcciones. Las armas metálicas (flechas, dardos, lanzas) sustituyeron las hachas de piedra y, unidas al caballo, señalaron el comienzo de una nueva era.


De la cerámica a la metalurgia:

En el Encolítico –periodo de transición entre la Edad de Piedra y la del Bronce—se mejora el trabajo de la cerámica, que alcanza formas típicas con el vaso campaniforme, y existe una amplia cultura que se extendió por todo Europa y que parece ser originaria de las poblaciones de la España Central. La Edad de Bronce se desarrolla en Europa entre los años 2000 y 1000 a. de J.C.  En Egipto este periodo llega hasta 1200 y tiene también importancia esta cultura en Asia Menor con Troya, en la Grecia insular con las Cícladas, Minos o Creta (Knossos y Faistos) y en el Mediterráneo occidental con las Islas Baleares, en las que hay que señalar los talayots. La metalurgia del hierro parece haber surgido por primera vez en Egipto y de aquí se extendió hacia el Mediterráneo, los Alpes y Europa Central. Esta edad, en los últimos casos, se divide en dos épocas: Hallstatt en Austria (1000 a 500 a. de J.C.) y La Tène en Suiza (desde el año 500 hasta nuestra era). Hay que destacar también los refinamientos de civilización logrados por los celtas de la Galia (Francia) y los celtíberos españoles.

(Véase "Prehistoria")



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Bibliografía:
-Enciclopedia Metódica (Larousse) [Tomo 1]

Vínculos Exteriores:
Prehistoria (http://pochipedia.blogspot.mx/2014/04/prehistoria.html)